¿Te ha pasado alguna vez encontrarte en una situación donde claramente tienes dos discursos internos? Por ejemplo, antes de hacer una llamada o de enviar un mail: hay una voz en ti que quiere quedar bien y te anima a llamar o enviar el correo y otra voz que incluso lo desaconseja. ¿O has sentido el impulso de hacer algo inmediatamente y a la vez tener la sensación de que no tienes tiempo, que estás demasiado ocupado/a?
Estas son nuestras diferentes partes que forman nuestro Equipo Interior. Cada personaje o parte se expresa desde un punto de vista concreto, tiene su propia manera de pensar, de sentir, de comportarse y observar y transmite una energía y forma de expresarse particular. Es un patrón de comportamiento que hemos desarrollado durante nuestra vida. Y cada personaje quiere proteger, desde su perspectiva/creencia, nuestra Vulnerabilidad. Es decir, somos el hijo/hija que acompaña su madre al médico y al cine o el padre/madre que estudia con su hijo o el amigo/a que escucha un problema o el profesional que quiere dar lo mejor de sí.
En cada situación social el individuo desempeña “personajes” diferentes, usando diferentes máscaras: es amable y sonríe como un “buen niño”, es grosero con quien le grita en un atasco, actúa con indiferencia con algunos y pasa por tonto con otros.
Mi propuesta es explorar con el coaching estos diferentes aspectos de nosotros mismos con absoluta sencillez y naturalidad. Es hacer crecer el liderazgo que comienza en nosotros mismos. Es aceptar nuestra Vulnerabilidad y vivirla como un regalo. Para ello es importante entender cómo funciona nuestro Equipo Interior.
Nacemos vulnerables y nuestros personajes, que han aparecido de forma natural, al relacionarnos, se ponen en marcha cada vez que ponemos nuestra Vulnerabilidad en peligro, exponiéndola a nuestro entorno.